Walter Queijeiro y su esposa Andrea Rivoira han tomado la decisión de separarse tras más de 20 años de matrimonio, una noticia que ha sorprendido a muchos en el mundo del espectáculo argentino. La confirmación del final de su relación llegó de la mano del panelista Pepe Ochoa, quien, con una calma sorprendente, anunció que Walter había confirmado la separación sin rodeos. La pareja, que se casó en 2003 y formó una familia con sus hijas Delfina y Alma, parecía ser una de esas uniones que estaban destinadas a perdurar.

A pesar de que la relación se desarrolló en gran medida alejada del ruido mediático, el desgaste que se produce con el tiempo parece haber tomado su toll. Según fuentes cercanas, Walter no estaba completamente presente en su familia, lo que llevó a una serie de cortocircuitos que, aunque invisibles a simple vista, se convirtieron en una grieta profunda entre ellos. Ochoa subrayó que no hubo terceras personas ni escándalos, sino simplemente una relación que ya no era lo que solía ser.

El entorno de la pareja también recordó momentos de tensión, como el malestar que Andrea expresó en privado en 2022 cuando Walter participó en un reality show. Si bien esa situación no llevó a una ruptura inmediata, ahora se considera una de las primeras señales de que algo no encajaba. A pesar de la separación, no se ha hablado de un divorcio definitivo y existe la posibilidad de una reconciliación.

Lo que hace que esta separación sea aún más resonante es la intimidad de su historia. En un contexto donde las rupturas mediáticas suelen estar llenas de drama y escándalos, el silencio y la serenidad de este final son notables. Muchos se sienten identificados con su situación, ya que refleja la realidad de muchas parejas que, tras años juntos, enfrentan el desgaste. La pregunta ahora es si esta separación será definitiva o si, con el tiempo, volverán a encontrarse.