El FBI ha reabierto la investigación sobre la muerte del icónico actor Gene Hackman tras descubrir numerosas irregularidades en el informe forense inicial. Lo que inicialmente se consideraba una muerte natural por insuficiencia cardíaca a los 94 años ahora se encuentra en medio de un laberinto de misterio y sospechas.

El informe forense, elaborado por autoridades locales en Santa Fe, Nuevo México, ha sido puesto en tela de juicio después de que varios testimonios de vecinos contradijesen la versión oficial. A pesar de que se alegó que Hackman había mostrado signos de desorientación en los días previos a su fallecimiento, muchos afirmaron haberlo visto lúcido y realizando actividades cotidianas. Esta disparidad ha llevado al FBI a actuar, reabriendo el caso para esclarecer lo sucedido.

Otro aspecto inquietante es la muerte de Betsy Aracaba, esposa de Hackman, quien falleció días antes que él por lo que se dijo que era un antavirus, una enfermedad rara en Estados Unidos. Expertos han cuestionado la veracidad de este diagnóstico, señalando que la probabilidad de contraer tal enfermedad en un entorno limpio y mantenido es extremadamente baja. La coincidencia de ambas muertes ha despertado aún más sospechas.

Los investigadores también están analizando la falta de llamadas de emergencia desde el hogar de la pareja durante sus últimos días, un comportamiento considerado inusual. Además, se han detectado vehículos no registrados en el vecindario en las semanas previas a los decesos, lo cual añade otra capa de misterio.

Mientras el FBI sigue su meticulosa investigación, se examinan minuciosamente los registros médicos de Hackman y Aracaba, así como sus relaciones personales y profesionales. El hermetismo de la vida de Hackman, quien había optado por el aislamiento tras su retiro, plantea más preguntas sobre su seguridad y la posibilidad de amenazas externas.

El caso ha capturado la atención del público y ha generado teorías de conspiración en medios y redes sociales, a medida que se revelan nuevos detalles casi a diario. La comunidad de Santa Fe, normalmente tranquila, se ha visto inundada de curiosos y periodistas, mientras el FBI promete no descansar hasta desentrañar la verdad detrás de estas misteriosas muertes.