Gerard Piqué, a sus 38 años, ha decidido romper el silencio y revelar una verdad impactante y triste sobre su exesposa, la famosa cantante colombiana Shakira. En un emotivo video, Piqué comparte su perspectiva sobre la relación que tuvo con la artista, desafiando la narrativa que durante años lo ha presentado como el villano de la historia.

El exfutbolista rememora su primer encuentro con Shakira en 2010, durante la grabación del videoclip de “Waka Waka”, donde se sintió atraído por su energía y pasión. A lo largo de 12 años, construyeron una vida juntos en Barcelona, compartiendo risas y formando una familia con sus dos hijos, Milan y Sasha. Sin embargo, detrás de la imagen perfecta que mostraban al público, existía una lucha interna por las presiones de la fama y el perfeccionismo.

Piqué revela que, a lo largo de los años, la presión constante sobre Shakira afectó su salud mental, mientras él se sumergía en su carrera futbolística y en el mundo empresarial. La distancia emocional creció, y lo que antes eran conversaciones llenas de planes se convirtieron en diálogos superficiales, marcando el inicio del fin de su relación.

El exfutbolista también menciona cómo la presión mediática exacerbó su situación, convirtiendo cada paso público en un espectáculo, donde incluso los momentos de tensión en su hogar eran evaluados y analizados. A pesar de todo, asegura que nunca dejó de amar a Shakira y reconoce que su relación se desmoronó no por falta de amor, sino por la incapacidad de manejar sus respectivas carreras y la atención que estas demandaban.

Piqué expresa su dolor al ver el sufrimiento de Shakira, quien, a pesar de su éxito, lidiaba con inseguridades y la percepción del público. Con nostalgia, recuerda los momentos felices compartidos y señala que, aunque sus caminos se han separado, el amor por sus hijos sigue siendo un lazo inquebrantable que los une. En sus reflexiones, Piqué desea que el mundo entienda que no hay villanos en su historia, solo dos personas que intentaron, sin éxito, mantener una relación en medio de la presión y las expectativas.