El fallecimiento de Paquita la del barrio, ocurrido el lunes 17 de febrero en Jalapa, Veracruz, ha sacudido el mundo del espectáculo. La icónica cantante, conocida por su empoderamiento femenino y su crítica a los hombres a través de sus canciones, dejó un legado que perdurará en el corazón de sus seguidores, a pesar de los problemas de salud que enfrentó en los últimos años.

La noticia de su muerte, resultado de complicaciones de salud, sorprendió tanto a sus fans como a su familia. Su cuerpo fue trasladado a Alto Lucero, Veracruz, donde se le rindió homenaje, y posteriormente, se realizó una despedida en su restaurante “Casa Paquita” en la Ciudad de México, un lugar emblemático donde la artista había cantado durante más de tres décadas.

Sin embargo, en medio del luto, surgió un conflicto familiar inesperado. Sus hijos Iván Miguel, Javier y Marta Elena, esta última adoptada, protagonizaron un intenso enfrentamiento durante el homenaje. Marta acusó a Miguel de difamarla, sugiriendo que había causado la muerte de su madre, y se desató una discusión acalorada entre ellos, evidenciando las tensiones existentes en la familia.

Fuentes cercanas informaron que, a pesar de los intentos de aparentar armonía, el clima era tenso. Miguel, en un acto que muchos interpretaron como desprecio, ordenó que Marta no se sentara a su lado durante la misa. Tras la ceremonia, las palabras subieron de tono, y Miguel amenazó a Marta, lo que dejó a la familia con un ambiente aún más enrarecido.

Con la lectura del testamento programada para dentro de una semana, Marta ha expresado su temor de que Miguel intente dejarla sin herencia. A pesar de las declaraciones públicas de reconciliación, se vislumbran secretos familiares que podrían salir a la luz, aumentando la tensión en un momento que debería ser de conmemoración y unión. La complejidad de la situación resalta el profundo impacto emocional que la pérdida de Paquita ha tenido en su familia, mientras se preparan para enfrentar un nuevo capítulo marcado por la incertidumbre.