Una conmovedora historia de desamor familiar se ha desatado en Jesús María, Perú, donde Pascuala del Carmen, de 82 años, fue desalojada de su hogar por su hijo Sergio Jun Quiñero tras una prolongada batalla legal. La vivienda, adquirida junto a su difunto esposo en la década de 1970, ha sido el escenario de un conflicto que ha expuesto heridas profundas y resentimientos acumulados durante años entre madre e hijos.

El desalojo, ejecutado por orden judicial, se produjo tras ocho años de litigio en los que Sergio acusó a su madre de usurpación. La situación ha conmocionado a la comunidad, ya que muchos consideran inaceptable que un hijo expulse a su madre de su hogar. Sin embargo, al escuchar la versión de Sergio y sus hermanos, el relato se torna más complejo. Ellos revelan que el distanciamiento con su madre se remonta a la década de 1990, cuando Pascuala se trasladó a Chile, dejando atrás a su familia y a su hija con discapacidad severa a cargo de su esposo.

La historia tomó un giro inesperado cuando Pascuala regresó a Perú con la intención de reclamar la pensión de viudez y, sin previo aviso, tomó posesión de la casa familiar, lo que llevó a Sergio a denunciarla por usurpación. La decisión de Sergio no fue fácil, pero argumenta que fue su último recurso tras múltiples intentos de reconciliación.

Finalmente, tras años de disputas, madre e hijos han llegado a un acuerdo: Pascuala podrá quedarse con una parte de la vivienda mientras ambos lados intentan sanar las antiguas heridas. A pesar de este avance, los resentimientos persisten y el camino hacia la reconciliación sigue siendo incierto. Esta historia no solo refleja la complejidad de las relaciones familiares, sino también el impacto del abandono y la indiferencia en la vida de las personas.