En los últimos meses, la vida de Maribel Guardia ha estado marcada por la tragedia y la controversia tras la inesperada muerte de su hijo, Julián Figueroa, a los 27 años el pasado 9 de abril. La situación se ha complicado con rumores que apuntan a su nuera, Imelda Garza Tuñón, acusada de tener un papel en las tensiones familiares que rodearon el fallecimiento de Julián. Las causas de su muerte, calificadas como misteriosas, han generado inquietudes, especialmente por la decisión de Maribel de cremar el cuerpo de su hijo casi de inmediato, lo que desató especulaciones sobre las circunstancias de su fallecimiento.

El médico que certificó su muerte indicó que fue un infarto agudo al miocardio, pero la juventud de Julián y su emotivo mensaje en redes sociales el día anterior, deseando abrazar a su padre, han alimentado teorías sobre su estado emocional. Imelda, quien estaba en la casa de Maribel al momento de la tragedia, ha sido objeto de rumores que la vinculan con problemas de alcohol y una supuesta relación con un joven, lo que ha generado críticas en redes sociales.

La relación entre Maribel e Imelda ha ido deteriorándose, especialmente tras la decisión de Maribel de iniciar un proceso legal por la custodia de su nieto, José Julián. Esta acción ha sido interpretada como un intento de Maribel por asegurar el bienestar del niño, mientras que la defensa de Imelda sostiene que es una forma de control de la actriz hacia su nuera. La tensión ha llegado a tal punto que se han alzado voces que sugieren una relación inapropiada entre Imelda y Marco Chacón, esposo de Maribel, lo que ha sido rotundamente negado por ambas partes.

Mientras la controversia sigue en aumento, Maribel ha decidido no hablar públicamente del tema para no afectar la reputación de Imelda, aunque su preocupación por el bienestar de su nieto es evidente. En medio de esta tormenta mediática, la pregunta persiste: ¿es Imelda una víctima de rumores malintencionados o hay algo más detrás de esta complicada historia familiar?